"No puedo con el antojo" fue lo que me dijo una amiga, tapándose los ojos y poniendo una cara de tristeza y ansiedad al pasar cerca de una dulcería. "Sigamos caminando" fue su siguiente frase. Entramos y salimos de varias tiendas, compramos algunas cosas y entre tanto caminar volvimos a la dulcería que parecía que nos llamaba con su gran letrero y con sus postres a la vista.
"Si como un postre será un pecado" dijo mi amiga con mucha ansiedad. La mire y le pregunte hace cuanto que no comía un dulce, hubo un pequeño de silencio , ella hizo una pequeña y rápida cuenta con sus dedos y respondió hace 1 mes.
"Quiero un dulce" insistió. "Vamos , te acompaño" Le respondí con mucha calma, caminando hacia aquella dulcería. Me miro con cara de duda y sonrió a su vez. Le dije que si quería el dulce que lo comiera, al fin y al cabo no lo come todos los días. Comer un aperitivo un tanto grasoso o dulce no es malo, siempre y cuando se coma con mesura y tomando en cuenta la cantidad y frecuencia.
Asimismo, le mencione que una buena manera de comer los "antojos" es compartiendo. Al compartir , la ingesta de energía proveniente del aperitivo será menor, ya que se repartirá entre las personas que lo ingieran.
Finalmente, escogimos entre las dos un dulce que nos agrada y sonreimos al disfrutar cada bocado.
Artículo de opinión, por Alexandra Márquez. Alumna de Nutrición y Dietética de 9no ciclo.
wuooooooooooooo!!! yo siempreee compartooo mis dulces, aunque a veces prefiero comerelos solitaaa jajaja cuantaa energía le proporciono a mi pobre organismoo...
ResponderEliminarmuy buen artículo ale ale XD
Gracias Nardita! Si el "antojito" no es grande se puede comer sola, pero si tiene un tamaño cosiderable mejor compartir.
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